domingo, 6 de febrero de 2011

Mentre passa distratta la notizia di noi due...

Olor a Cigarrillos... Deseos de Fumar.


Ganas de Café... ganas de Ti.


No Basta... No, no bastas!


Y un Italiano rezonando en mis oídos, más atrás Noruego, Inglés, Francés y un Chino bien lejano...


Mentre passa distratta la tua voce alla tv
Tra la radio e il telefono risuonerà il tuo addio
Di sere nere

Io e Te Tre Metri Sopra Il Cielo

Es el sueño que un día, entra por tu ventana,
el aliento que te da el Amor.

La belleza del silencio entre nosotros dos.
El ruido afuera.

Tú y yo Tres metros sobre el Cielo




Todo lo que debes hacer es ponerte los audífonos
echarte en el suelo y escuchar el CD de tu vida

pista tras pista, ninguna se puede saltar
todas han pasado y de una forma u otra

servirán para ir hacia adelante.
No te arrepientas, no te juzgues

Sé quien eres, y no hay nada mejor para el mundo.
Pausa, rewind, play, aún aún y aún más.

Nunca detengas tu reproductor, sigue registrando
sonidos parar lograr explicar el caos que tienes dentro.

Y si te sale una lágrima cuando las escuchas, no
tengas miedo, es como la lágrima de un fan cuando

escucha su canción preferida.
Fm 107.3 Radio Caos tu bpm, el resto es ruido blanco.




He sentido Todo.
Y esto que siento ahora, es especial porque no lo había sentido.

Deseo con tantas ganas irme y estudiar, sin embargo, las ganas no bastan.

Cuando ese día llegue, sentiré lo que hoy.
Celebraré con un Café que no esté ni Dulce ni Amargo. En su punto.

Y comenzará a sonar en mi cabeza La Banda Sonora de Mi Vida

martes, 17 de agosto de 2010

El cantar de mis Sentimientos

Un día hace muchos siglos atrás, existía un niño que criaba un dragón, éste levitaba alrededor del chico para pagar alimentación, refugio y hogar por protección y lealtad a quien un día le salvó la vida. El dragón tenía su cuerpo lleno de escamas, una especie de aletas en función de patas y manitas de color azul eléctrico, ese que dominaba las profundidades del bosque durante el Invierno. El chico tenía su pelo negro, corto casi rizado y en sus mejillas se dejaba notar sus cercanos 18 años, vestía una especie de ropa de combate de un tono blanco opaco.
Cierto día, mientras paseaba por el bosque rumano, lleno de Nieve, encontró una niña que vestía con colores violáceos un kimono que le llegaba hasta los tobillos y, se encontraron de frente, se encontraron sus miradas.

Frío.

¿Qué podía decir esa mirada? Llena de Hielo, profundamente sellada en el fondo del alma contra cualquier sentimiento cálido. Y ella definitivamente no quería volver a sentir frío de esa manera pero... Algo había en ese par de ojos que le miraban atentamente que ella no podía apartar sus ojos y era, segundo a segundo, más atraída hacia él hasta que notó la presencia del dragón que hacía como si abrigara al chico, rodeándole el cuerpo en el aire como siempre esperando pacientemente y, sin que ella lo notara, a atacar revoloteando por en derredor. No se sabe cuánto tiempo pasó, cuántos días sin Sol pasaron entre el espacio de nuestros pequeños, pero se dice que si vas al bosque, verás dos pequeños jugueteando con un dragón mientras la tormenta de nieve arrecia...